
Me gusta viajar en tren porque si o si hay que observar, no sólo por el placer que me causa invetar historias acerca de la gente que veo, o el porqué de esas caras largas, sino porque hay que mirar para sobrevivir, para llegar sanos y salvos a casa.
Muchas de las historias (o pensamientos) me surgen en las estaciones del tren, cuando veo imágenes como la de arriba. Era un hombre (o una mujer, no le vi la cara muy detenidamente) totalmente hundido en la miseria. A modo de zapatillas usaba retazos de tela polar pegados con cinta, muchas cosas superpuestas a modo de ropa y abrigo, y un raro morral. Lo observé detenidamente, lo primero que me dije fue: ¿qué habrá hecho este hombre para merecer vivir asi? Seguí mirándolo, entónces la pregunta cambió: ¿qué NO habrá hecho para estar viviendo así?
A lo que apunto: quizá sí, sufrió una mala racha. Al principio la caridad le sirvió, quien dice que se llego a sentir cómodo asi como estaba. Alguna alma bondadosa hasta le habrá ofrecido trabajo, el que obviamente no acepto. Así de a poco la situación va emepeorando, la caridad no fue para siempre, se esfumó, asi como nada. Quedó desamparado.
La historia habría sido muy diferente si su culo se hubiese movido para conseguir su propio pan, con su sudor, son SU trabajo, y hoy por hoy, sus pies no pasarian el frio que pasan, sus manos podrian sentir el calor de una persona que lo acompañe, sus ojos mirarian a un futuro mejor.
En fin, es mi opinión, quizá sólo está meado por un mamut transgénico de inmenso tamaño.