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jueves, 16 de abril de 2009

Febrero 2002 (II)


Soy mas blogger-dependiente de lo que imaginaba, asique acé va la continuación y final de mi historia de reencuentros.

Entre armarios, cajones, estantes y demás lugares revisados, encontre una GRAN pila de cartas... Todas parecian iguales, de mi tia abuela, que habita en un lugar lejano, quizá cruzando el océano. Las tomé sin pensar, sin saber porqué me las llevaba, quizá encontraría algo interesante en llas.
Cuando llegamos a casa, revisé una por una, lentamente. Efectivamente, el 98% de las cartas era de ella para mi abuelo, algunas otras de otra tia abuela. Pero al ver esa carta, cerré los ojos... y de pronto estaban frente a mi esas imágenes.
Era una carta escrita para mi abuela en el 2002. La escirbi desde mi punto vacacional sureño, la envié por Correo Argentino. Era la primer-ultima-única carta que le mandaría a mi abuela paterna. Fechada estaba en su último cumpleaños. Se encontraba cuidadosamente guardada. Cerré nuevamente los ojos, la olí (si huelo todo ¿y?), lloré, no de tristeza ni angustia, sino felicidad. Otra vez aquellas imágenes, sentada en la mesa, con un gran ventanal frente a mi, con las montañas de fondo, tomandome el tiempo para escribirle a ella.
Fue entonces cuando me di cuenta que esos pequeños gestos, de alguna forma u otra alegran a la persona que los recibe... y como dice mi amiga Emma, "todo vuelve", creanme que cada día creo más y más en esa frase.

Hoy por hoy, esa carta se encuentra guardada en MI caja personal, volvió a mi, para hacerme feliz...

6 comentarios:

  1. muy lindo

    me hizo pensar...

    ¿Cuánto ahce que no recibo una carta?

    ¿Cuánto hace que no escribo una carta?

    Besos, bienvenida al barrio

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  2. Hola!
    Qué lindo lo que escribiste. Soy también de las personas que creen en que se cosecha lo que se siembra (tarde o temprano)y en que "todo vuelve".
    Tu relato me recordó a una fotografía de alguien especial, fechada en el mismo año, 2002 dos mese antes de su muerte. Era para alguien que jamás la recibió y detrás, estaba escrito "Te regalo mi sonrisa, para que cuando la veas, sepas, que vale más una sonrisa (por fea que sea) que un montón de lágrimas.
    Esa foto de su sonrisa, la encontró su madre, en un cajón un día en el que en pleno duelo por su muerte lloraba desconsolada.

    Mensajes que se reciben, cuando el alma está dispuesta a hacerlo.

    Gracias por seguirme!
    Beso!

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  3. Me genera algo similar, cuando mis viejos me muestran alguno de mis dibujos de cuando era muy muy chico. Ellos los guardan. A veces los veo y es una sensación extraña. Es imposible verlos objetivamente: son míos, de hace al menos 15 años atras (con todo lo que eso implica), y encima son propiedad de mi madre. No sé qué provoca, pero mueve algo adentro.

    A veces pienso dónde estaran las obras que regalé o vendí, o que compuse especialmente para alguien y regalé, o las cartas que escribí.
    Sé que las que vendí deben estar felices, porque alguien quiso tenerlas. Las que regalé -y las que compuse "especialmente para"- se llevaron un pedazo de mí, que perdí y no volví, pero capaz que son importantes para alguien.
    Las cartas siempre estan en sobres papel madera. Seguro en algun cajón, caja o sobre más grande. Y ahí se quedan.
    Tambien debe haber cosas que dí que se hicieron cenizas, o trizas.
    A veces pasa. La vida es como una paleta orquestal.

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  4. Post-data (ya que hablamos de cartas...)

    Voy a confesar una mariconada terrible: escuchar a Debussy acá me hizo pensar que todo vuelve. Que no siempre soy consciente de que lo que digo, cuento o intento enseñar "puede llegar". Pero cosas así me demuestran que a veces vuelve, y le inyecta un sentido a quien soy / lo que hago.
    La parte maricona de la confesión es que se me pusieron los ojos húmedos.

    Uh, y ahora encima Beethoven...

    Chau, me voy a atar al mástil.

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  5. ah, genial!

    my mi msn también está disponible en el barrio :)

    pero seré caballero y daré el primer paso yo

    besitos

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  6. mi texto muy a lo Uma foam, y de manera indirecta esta relacionado con este último que posteaste. El tiempo, cosas que pasaron, cosas olvidadas, las recordadas y porqué no, las que están por venir.
    Me encanta sentarme a leer cartas que me escribieron, que escribí, ver fotos, recordar viejos tiempos, Siempre saco algo bueno de eso.
    Y en cuanto a eso de 'todo vuelve', realmente lo mantengo como estandarte. Pienso que lo que uno hace luego se le recompensa o en el peor de los casos, le juega en su contra.
    Igual, prefiero la primera opción.
    Un saludo grande Uma!

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